Llegaba el momento de los exámenes.
Gloria insinúa que Román se va a casar con Ena. Andrea se encuentra con Ena y
hablan sobre Jaime y familia de Ena. Ena invitó a la protagonista para ir al
Tibidabo, y aprovechar para perdonarle. Le contó que fue a su casa, el raro
ambiente y los personajes de la casa de Andrea le encantaban. Andrea le avisaba
que en aquella casa vivía gente malvada. Se acuerdan del día en que se
conocieron, un día de lluvia. Ena decía que su madre era diferente a los que
vivían en su casa y que si supieran en su casa que Andrea es pobre pues lo
verían con malos ojos. Ena decía que Román era encantador y extraordinario,
contrario a Andrea, que se volvía loca, y que también no entiende como le puede
horrorizar ese magnífico mundo de la casa de la calle Aribau. Ena ya le dejó
permiso para que Andrea fuese a su casa.
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